Desafiando al conformismo.
Previo a desarrollar, humildemente, este tema tan profundo, nos propongo tomarnos unos minutos para identificar emociones y sentimientos que podrían ir de la mano o ser un aviso de que estamos transitando un estado de conformismo, el cual, si no se remedia puede devenir en depresión y falta total de asumir la vida porque, según mí sentir, éste mismo vendría a ser una consecuencia de habernos enraizado en situaciones y emociones que nos fueron quitando la fuerza para mantener nuestra vida en acción, sin poder llegar a la plenitud que nos merecemos solo por ser hijos e hijas de la Fuente de toda Vida. Escuchemos, entendamos las necesidades de nuestros hermanos antes de ofrecer algo que no sabemos si la situación es la adecuada para administrar la información. Parto de ésta base, pero primero necesito hacer una observación, sólo podemos desafiar al conformismo y disfrutar la vida al máximo si nuestras necesidades básicas humanas están satisfechas, el dar alimento espiritual es importante, más si nuestro hermano necesita llenar su barriga primero, no dudemos en hacer lo que haga falta por ayudarle y así poder acceder a la información desde la abundancia y no desde la carencia, con panza llena hay corazón contento. Aclaro esto porque diré que uno de los factores que he observado en el conformismo, aunque parezca opuesto, es la búsqueda constante de lo material, vemos mucha gente millonaria con depresión por creer que con lo material tiene todo resuelto y por eso entra en un bucle de insatisfacción y desánimo por ocuparse de buscar el crecimiento personal, la pobreza no es solo desde el plano físico. ¿Quiénes o qué seres encarnados no conocen el conformismo? Según mí entender, principalmente es una falta de motivación profunda hacía la propia vida, la cual es movimiento constante y el conformismo es prácticamente lo opuesto, entonces ¿Quiénes son opuestos al conformismo? Los niños.
Observando a mí bebé desarrollarse en su vida (tiene 2 años), no escatima en emoción, movimiento, riesgo, adrenalina, en síntesis “le saca el jugo” a toda oportunidad de conocer más, ambiciona sin miedo a equivocarse, sin preguntarse qué piensan los demás. Hay un momento en que empezamos a tenerle miedo al riesgo de vivir, es entendible, porque muchas cosas duelen en la vida y, situaciones que nos trauman y todo eso llevan a cerrarnos y buscar la famosa “zona de confort”, con la sola urgencia de que la vida y sus pruebas de crecimiento no nos tumban, hay cansancio, ganas de soltarlo todo. Parece extremista lo que digo, pero no es mí trabajo romantizar lo difícil que son las pruebas muchas veces, es válido cansarse, no te culpes a ti ni a nadie, porque si hay algo que debilita profundamente es la identificación con esas emociones de baja frecuencia vibratoria, por eso al comienzo de éste tema invité a reconocer las emociones que interactúan con el conformismo.
¿En qué momento sentiste que ya no tenía sentido salir del letargo? ¿Qué sucedió para que el entusiasmo se haya diluido? ¿Qué necesitas para que vuelvas a sentir el fuego en tu interior, esa pasión por arriesgarte más allá de los resultados? Nada de lo que hagas es en vano, ya no disminuyas el valor de tus pasos por más pequeños que parezcan, muchas veces hasta es difícil tener la voluntad de salir de la cama y es todo un logro personal, la decisión más importante, el inicio del camino que retorna a la consciencia comienza con la iniciativa de mejorar, aunque sea de a un paso a la vez.

Desafiamos al conformismo cuando dejamos de comparar nuestro camino con el de al lado, cuando hacemos el esfuerzo por encontrarle sentido a todo lo vivido hasta entender el mensaje, cuando nos alegramos por nosotros mismos de dónde estamos hoy, sin más, sin menos, pero sabiendo que mañana toca dar un paso más hacia adelante, ya no vale decir hoy no avanzo, se puede descansar si es necesario, pero no pretendas que la vida se detenga porque eso no sucederá. Desafiamos al conformismo cuando nuestros objetivos son reales, con la ambición justa y no desmedida, cuando aprendemos a no saltear escalones, porque eso no es avance, más bien se asemeja a querer huir del aprendizaje, eso solo entorpecer a tu propio camino, no sé evaden las lecciones, solo se postergan.
Es importante entender que no nacemos conformistas, nos vamos haciendo, nos va tomando de a poco, podemos frenar ese avance si nos hacemos conscientes de nuestro propósito original, si de verdad crees y confías en el bien mayor, jamás te faltará motivos para seguir intentándolo, aún cuando sientas que la niebla mental no te permita ver claramente y las emociones se desborden, aún cuando sientas que ya no hay nada qué hacer por ti mismo, intenta con todas tus fuerzas recordarte que, si tienes vida, si eres vida, eres importante, tienes un objetivo ¿Cuál? Pregúntale a tu corazón y no dudes de esa respuesta por más lejana o desafiante que parezca. Y nunca, nunca olvides que jamás estarás aquí solo.

Aurora Marita – facilitadora